¿Seremos libres?

Día 20 de la cuarentena
Lima, Perú

Despierto, mis ojos se encuentran con la pared y pienso ¿ya acabó todo?
no...
Mi madre se acerca y me trae el desayuno a la cama. ¿Por qué tengo tanta suerte de tenerla? Solo sonrío, comenzar con ella es lo mejor del día. Me quedo procrastinando en el celular un buen rato hasta que escucho voces, voy hacia la sala y encuentro a mi hermano viendo las noticias acerca del COVID-19. Aún no acaba y no acabará pronto.

Leí por ahí que hay meses que pasan como semanas y semanas que parecen meses. El aislamiento social ha sido la tendencia más viral hasta el momento, ha ocupado prácticamente toda la población mundial. Excepto por 19 países (si deseas saber cuáles son estos países visita el enlace que adjunté al final ♥). Descuida, yo también pensé que todo el mundo se jodió. Sin embargo aún hay esperanza en que algunos países no sufran a causa del virus. Entre ellos está Yemen, un país que aún es víctima de guerras, con una gran deficiencia de salud pública. Un brote lo abrumaría, y el más vulnerable será el más afectado.

El impacto de la guerra en Yemen muestra que para fines de 2019, el conflicto había retrasado su desarrollo en 21 años. El conflicto ha dejado 50% de los hospitales y clínicas de Yemen en pleno funcionamiento, y la mayoría carece de personal calificado, medicamentos y, a menudo, incluso electricidad. Siria aún sigue en guerra.

Algunos países siguen sin poder disfrutar de la paz. Nunca habrá una paz absoluta o totalitaria de eso estoy segura. Pero al menos podrás respirar con calma, sin temor. Pienso ¿y tú? Deberías sentirte afortunada de vivir en un país de latinoamérica, tus preocupaciones solo deberían ser el estudio, el trabajo, la familia y tú. Otros no pueden darse esa oportunidad. No tienen un futuro porque deben sobrevivir cada día, con miedo a morir.

En fin...

Ayer leí una entrevista que le hicieron a Yuval Noah Harari. Autor de Sapiens. Pensador futurista. Citaré lo siguiente:

"La epidemia del coronavirus podría marcar un hito importante en la historia de la vigilancia. Primero, porque podría legitimar y normalizar el despliegue de herramientas de vigilancia masiva en países que hasta ahora las han rechazado. En segundo lugar, y aún más importante, significa una transición dramática de la vigilancia “sobre la piel” a la vigilancia “debajo de la piel”. Anteriormente, los gobiernos supervisaban principalmente tus acciones en el mundo: a dónde vas, con quién te encuentras. Ahora se interesan más en lo que sucede dentro de tu cuerpo. En la condición médica, temperatura corporal, presión arterial. Ese tipo de información biométrica puede decirle al gobierno mucho más sobre usted que nunca antes."


¿Aún podremos sentirnos libres luego del COVID-19?



Enlace: Países sin COVID-19
              Riesgo en Yemen


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